“Ningún odontopediatra del mundo quiere que los padres entren en la consulta con sus hijos “
La respuesta corta es NO, pero vamos a desarrollarla un poco para ver si arrojamos un poco de luz sobre esta cuestión.
Para empezar hay que confesar que en general los odontopediatras o dentistas infantiles son los primeros que no quieren que los padres entren en la consulta con sus hijos.
La razón es muy simple y todos los que tenemos hijos la hemos vivido de alguna manera.
En general los niños se portan peor delante de sus padres que ante un extraño. De la misma manera que nosotros nos aguantamos el mal genio o el miedo ante determinadas situaciones, los niños también lo hacen, y esa es la razón por la que se portan mejor en el cole o en clase de natación que en casa.
Cuando el padre está presente durante la visita dental, el niño busca su ayuda y lo reclama como hace habitualmente y eso, a su vez, genera un estado de ansiedad también en el padre, que busca cómo protegerle sin molestar al dentista. Llegados a este punto, más vale dejar la visita para otro día.
Sabemos que es precisamente porque el dentista da miedo y su hijo está asustado por lo que los papás quieren estar presentes en la clínica. Sin embargo, como ya he comentado, rara vez que los padres estén presentes en la consulta del dentista consigue este efecto y mucho más a menudo el efecto contrario.
Además, ante este temor de cualquier padre, es importante saber que los odontopediatras cursan un máster de dos años en el que estudian todas las cuestiones que tienen a ver con la salud oral de los más pequeños, pero también abordan de forma muy precisa todas las técnicas necesarias para disminuir el grado de ansiedad de los niños; desde la sala de espera, las batas que llevan, las técnicas de anestesia, las palabras que se usan, la comunicación no verbal, la decoración de la clínica…
Todo, absolutamente todo, está pensado para hacer sentir al niño lo más calmado posible.
“Los odontopediatras están preparados para disminuir el grado de ansiedad del paciente. Todo, absolutamente todo, está pensado para hacer sentir al niño lo más calmado posible. “
Por lo general, un par de visitas son suficientes para tener la situación controlada.
Los padres se sorprenden de la valentía de sus hijos cuando les dejan demostrar que ellos también son capaces de controlar sus miedos y frustraciones. Aún y así, en caso de niños muy pequeños (de 1 a 3 años) o poco colaboradores o, simplemente, en casos en que los padres sientan que van a estar más tranquilos si están presentes en la consulta, nuestro política es dejarles entrar y crear una relación niño-odontopediatra-padre que nos permita realizar el tratamiento con éxito.
Ante todo queremos que tengáis la tranquilidad de que vosotros como padres tenéis siempre la última palabra, pero es verdad que nos gusta mucho cuando nos hacéis caso .
“En Dental Echeverría apostamos por crear una relación familia-odontopediatra-niño porque la salud dental de toda la familia influye directamente en la del niño"
Así que la próxima vez que dudes en si entrar o no con tu hijo al odontopediatra simplemente confia en tu dentista de confianza y deja que tu hijo entre con el especialista, ya verás qué contento sale.