Escoger un buen dentista puede ser difícil: ¿Cómo puedes saber si tu dentista es bueno? ¿En qué es necesario fijarse?
Asegúrate que recibes la mejor atención. ¡Existen maneras para saber si estás en buenas manos en lo referente a tu salud dental!
En Dental Echeverría te compartimos 7 claves para reconocer a un buen dentista.
7 claves para reconocer si tu dentista es bueno o no
1. Tu familia, amigos (¡y hasta Google!) lo recomiendan
Quizás la mejor manera de reconocer a un buen dentista es saber qué opinan sus propios pacientes sobre él.
Hoy en día, además de la información que nos puedan pasar amigos o familiares, las redes sociales son muy útiles en este sentido.
Y es muy recomendable que leas las opiniones en Google de tu dentista y que también dejes tus opiniones para ayudar a otros a tomar buenas decisiones en el futuro.
2. La experiencia del paciente es buena durante todas las fases de la visita
Acudir al dentista no es plato de buen gusto. Si tu dentista se esfuerza por hacer que tu experiencia en la consulta sea agradable, ya está demostrándote que le importas.
La forma en la que atienden al teléfono, tu primer día en la consulta, la sala de espera, el seguimiento de tu plan de tratamiento, la disponibilidad del dentista y su equipo…
Todos estos elementos deben tenerse en cuenta y valorarse durante las primeras vistas para asegurarse de que nuestro dentista se preocupa por nosotros.
3. Tu dentista da cursos, conferencias y/o es profesor de universidad
Que el doctor que te atiende de cursos, conferencias y/o sea profesor de universidad, implica necesariamente que se mantiene actualizado y conoce los últimos y mejores tratamientos.
Será seguramente su grado de experiencia el que le hace atractivo para dar cursos y conferencias y también para tratarte a ti.
4. Como paciente sientes que te explica las cosas con claridad y se toma su tiempo
Es imprescindible que tengas la certeza que tu dentista tiene tiempo para ti: te escucha, te entiende, te habla con cariño pero a la vez de forma sincera y, sobre todo, ¡lo hace de forma que lo entiendes!
5. Conoce tu situación personal e intenta adaptarse
El dentista es caro, sobre todo el dentista de calidad.
Sin embargo, lo que la mayoría de la gente no sabe es que la odontología de buena calidad es de bajo rendimiento económico.
Es un poco como los buenos restaurantes: para funcionar a un nivel muy alto tienen que gastar mucho dinero ya que el comensal no solo valora la comida, también persigue una buena experiencia…
Cuando un tratamiento dental es muy económico es que necesariamente se han ido produciendo rebajas en alguna de las fases de la cadena.
Puede ser que se pague poco al personal, que haya menos personal del que se necesita, que trabaje con un laboratorio barato, que compre material barato, que haga un mantenimiento inadecuado de sus equipos, que no haga reformas periódicas de los espacios comunes o que no tenga tecnología de última generación.
Es verdad que no todo el mundo tiene la economía para acceder a los sitios más vanguardistas, pero en realidad es una cuestión de prioridades.
Por eso, un buen centro dental debe tener recursos de financiación para garantizar que casi todo el mundo pueda acceder a la mejor odontología.
6. Persigue una relación larga y estable con su paciente
Los pacientes de un día o esporádicos son los menos buenos.
La razón es sencilla, vienen solo cuando les duele algo. A un buen dentista lo que le gusta es ver a sus pacientes y decirles que todo está bien una y otra vez.
Para ello lo mejor es hacerse una o dos limpiezas al año, ya que son el mejor tratamiento preventivo, y tratar solo pequeñas patologías.
7. Tu dentista se preocupa por su equipo
Al final uno es lo que parece que es. Si tu dentista es cariñoso con su personal y ves que éstos están contentos puedes estar seguro que también se preocupará por ti.
¿Tu dentista cumple con lo anterior?
Si tu dentista cumple con todos estos puntos, sabrás que estás en buenas manos en lo referente a tu salud dental. Evitarás tener enfermedades en las encías, por lo tanto, también enfermedades relacionadas.
Gracias a la relación constante y cuidadosa con el dentista, habrá una adaptación y seguimiento en la odontología mínimamente invasiva.